Tú eres un grito de fe porque crees en el hombre.
Un grito de esperanza porque siembras lo que otros cosecharán.
Un testimonio de amor porque mueres un poco cada día para que otros vivan plenamente.
No dejes de sembrarte con coraje en el surco
del corazón humano, y volverás a ser pan en muchas mesas para vivir cuando ya no vivas.
Para nuestros docentes un abrazo sincero y mil felicitaciones…!