Eso de las revistas ensambladas según José Luis Campal en su texto «Una ojeada a las revistas ensambladas», proviene de un de un proyecto de Richard Kostelanetz llamado Assembling y al parecer tiene que ver más con la experimentación visual que con la escritura, pero al mismo tiempo es una indagación de la nuevas tecnologías tanto informáticas como de reproducción (fotocopiadoras, reproducción de inyección de tintas, etc.)

El término ensamblada es más bien práctico y trata de apuntar a una publicación reúne, congrega o recopila producciones distintas en cajas, recipientes o soportes nada tradicionales.

Lo interesante de las revistas ensambladas es que se convierten en objetos artísticos en sí, en la que existe la posibilidad de combinar la escritura con lo estético-visual y por esa razón este tipo de revistas congrega materiales heterogéneos como: poemas visuales y discursivos, diagramas, mini-objetos, acetatos, fotomontajes, electrografías, linóleos, manifiestos, estampaciones, poemas-objeto, libros-objeto, sellos de artista, diaporamas, planchas metálicas, video-poesía, transferencias, grabados, collages, serigrafías, materiales envasados, fotografías, pequeñas esculturas, tarjetas en offset, cd de arte sonoro, etc.
Los formatos o soportes para el ensamble son bastante variados; variaciones que no sólo existen de una publicación a otra, sino que cambian de un número a otro dentro de la misma revista ensamblada. Esto permite adaptar la revista a las posibilidades económicas y creativas de sus participantes. La periodicidad tampoco tiene un tiempo estipulado y posee su propio ritmo.

En el colegio Internacional Miguel Otero Silva en el mes de abril se llevó a cabo un mínimo trabajo con los estudiantes de sexto grado para que desarrollaran diferentes revistas ensambladas. El resultado fue sorprendente.

Vean algunas fotos como muestra del trabajo:

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